La fiscalidad trae de cabeza a muchos profesionales por cuenta propia. Sin embargo, es una obligación que no puedes eludir. A la hora de hacer las declaraciones de IVA e IRPF hay ciertos gastos deducibles para los autónomos, ¿tienes claro cuáles son?
Es vital que los conozcas, ya que, de no ser así, puedes incurrir en sanciones y multas que pueden suponer un verdadero problema para tu negocio. Desde Capellas hemos recopilado para ti los principales gastos que puede deducirse un autónomo ¿los descubrimos?
3 criterios para identificar los gastos deducibles para un autónomo
Desde el ordenador que utilizas para emitir las facturas de tus clientes hasta una formación de pago a la que hayas asistido pueden ser gastos relacionados con tu negocio, pero no todos cumplen con los criterios necesarios para ser deducibles.
Para que un gasto sea deducible:
- Siempre debe estar relacionado con la actividad profesional del autónomo y, como tal, lo debes poder demostrar.
- Necesitas un documento que lo justifique ante la Administración (habitualmente una factura o ticket con los datos correspondientes como nombre y apellidos, razón social, domicilio fiscal o NIF).
- Tendrá que estar registrado en tus libros contables.
¿Qué se puede deducir un autónomo?
Ahora que ya tienes claro cómo debe ser un gasto para que te lo puedas deducir en las declaraciones de IRPF e IVA, identificaremos los más habituales.
- Gastos de personal: sueldos y salarios que abonas a tus trabajadores. También se contemplan dietas, pagas extra, indemnizaciones, gastos de viajes con el límite actual de 26,67 euros al día sin pernocta y a 53,34 euros con pernocta en territorio nacional. Estos límites se amplían en caso de salir al extranjero.
- Consumos de explotación: Bienes (materias primas, embalajes, combustibles…) que compras a un tercero y que están destinados a obtener ingresos en tu negocio.
- Otros gastos de personal: Obsequios (en algunos casos), planes de pensiones, seguros de accidentes, formación (incluida la formación del propio autónomo tanto en instituciones públicas como privadas, material de estudio, prensa especializada en tu sector…).
- Suministros: Luz, teléfono, Internet, agua… Este tipo de gastos necesarios para llevar adelante tu proyecto también se pueden deducir tanto si desarrollas tu trabajo desde unas instalaciones u oficinas dedicadas al negocio como si teletrabajas desde tu domicilio de acuerdo a la Ley de Reformas Urgentes del Trabajo Autónomo. ¡OJO si teletrabajas, puede que no toda la cantidad sea deducible!
- Marketing: Todas aquellas inversiones destinadas a promocionar y publicitar el negocio tanto a nivel digital como físico cuentan como gastos deducibles (página web, tarjetas de visita, anuncio en radio, publicidad digital…). También se pueden desgravar gastos asociados al merchandising.
- Cuota de autónomos a la Seguridad Social y cotizaciones de empleados en caso de tenerlos.
- Gastos financieros: Comisiones de bancos asociadas a cuentas o tarjetas del negocio, así como intereses de préstamos que se hayan destinado a la actividad profesional.
- Arrendamientos y cánones: Alquileres tanto de bienes muebles como inmuebles (oficinas, locales…), pagos de patentes, arrendamientos financieros (leasing), asistencia técnica…
- Tributos: El IAE, tasas no estatales (canon de basuras, por ejemplo) o el IBI también son impuestos.
- Reparaciones y conservación: El coste generado del mantenimiento y la reposición de los bienes materiales del negocio también son gastos deducibles siempre que no deriven de mejoras o ampliaciones.
- Honorarios de profesionales independientes que hayan brindado sus servicios al negocio (gestorías y asesorías, notaría, abogados…).
Estos son los principales gastos deducibles para autónomos. Si desarrollas tu labor profesional por cuenta propia y tus declaraciones trimestrales de IRPF (modelo 131) e IVA (modelo 303) te suponen un auténtico quebradero de cabeza, desde Ruiz Auditores y Asesores te ayudamos.